Pensamiento #6: "Otro nuevo encuentro con la soledad"



Siento un vacío inmenso. Cada vez que te recuerdo, es una puñalada más para mi corazón. No hay un dia en que abra mis ojos y que mi primer pensamiento seas tú. ¿Por qué tengo que recordar cada momento que viví a tu lado?, ¿por qué siempre tienes que estar presente en cada movimiento que hago?. Estoy harta de esta situación. Puedo estar tranquila por unos dias pero de pronto ¡APARECES!, siempre ilusionándome con alguna frase nueva, como queriendo y no queriendo o quizás lo haces inconscientemente.

¿Te extraño? ¡Sí! y es mi más pura verdad. Aunque a veces me pregunto si lo que extraño es escribirte a diario, saber cómo te encuentras, qué haces y en qué piensas. O si extraño estar detrás de ti incentivándote a seguir adelante, que logres cumplir con tus deberes y hacerte favores. No sé si extraño darte apoyo. Si extraño las peleas tontas o simplemente que me hagas reir con tus ocurrencias. Siento que me falta algo. Mmmm... ¿sexo? No del todo. Admito que me devoran los celos con tan sólo pensar que tus labios sean besados por otros. De algo sí estoy segura: Podrás acostarte con muchas, pero siempre querrás ese toque especial que yo te brindaba en cada encuentro. ¿O eso de que nadie te había hecho sentir tan viva como yo lo hice, era mentira? Realmente, de aquí en adelante, puedo pensar de tí cualquier cosa.

Sé que ésta situación me tomará tiempo. Por ahora no me queda más nada que desahogarme escribiendo lo que tengo dentro, llorar para drenar, cantar para volar a otro mundo, reir para no recordar. Pero es difícil. Es difícil tener que luchar contra la costumbre. Aceptar que más nunca escucharé tu voz por la madrugada, que no viviré locas aventuras como las que hicimos, que ya no sentiré esa adrenalina corriendo por mi cuerpo cuando me escapaba por las noches de mi casa para ir a verte y entrar como un ladrón en tu habitación. Aceptar que mis ojos no volverán a cruzarse con los tuyos, que no me hablarás ni me dirás más lo que sientes con sólo mirarme fijamente. Ya no vendrás a mi casa avec ma bébé. Más nunca dejarás la huella de tu cuerpo en mi cama, tu aroma en mis almohadas y tus pasos en toda mi habitación. Ni desordenarás mis cosas, que tanta risa te daba verme molesta cuando lo hacías. Ya no me sorprenderás cuando de repente tocabas mis senos al sentarte a mi lado y acelarabas mi respiración. Ya no inventaremos nuevos nombres para cada beso. ¿Recuerdas alguno? "Besos en el aire, besos de chocolate, besos de pan, besos de empanada, besos de sopa, besos de chancho, besos de pastel, besos de cerveza, besos de baño, besos de hielo, besos de Spiderman, besos de pan dulce, besos de tequeño, besos de pasta, besos de pollo, besos mañaneros, etc. ¿Recuerdas los 100 besos que te daba sin parar y tú siempre queriendo interrumpirme? ¡Qué dias eran esos!

Cada momento a tu lado era mágico. No podía pedir nada más a Dios y a la vida. Agradezco tanto el haber vivido tantos instantes hermosos a tu lado. Aunque sé que los extrañaré por un largo plazo hasta que me recupere de esta enfermedad llamada "costumbre".

Mientras tanto, te amaré hasta que se me olvide tu nombre, que no recuerde ni la cicatriz de tu mentón y la pequeña mancha marrón en tu cadera, la manera de fumarte un cigarrillo (lo sostienes con la mano izquierda), el aroma exquisito de tu cuello y tu cabello, la suavidad de tus labios, la sensación que sentía cuando tus pezones se erectaban en mi boca y tus movimientos de desesperación cuando los succionaba. Esa exquisita humedad de tu vagina cuando la acariciaba con mis dedos era una experiencia inolvidable. ¿Recuerdas cuándo pasé la noche en tu casa? Me despertaste a besos, me llevaste el desayuno a la cama y compartimos una exquisita y lluviosa mañana de abril. Desearía con todas las fuerzas de mi alma que esos dias regresaran, pero esos instantes han quedado en el pasado. No hay vuelta atrás. Te amaré hasta que te olvide.